Y es que tener un bebé lo cambia todo, desde tus hábitos hasta la decoración de tu casa. Pero no es para asustarse, solo hay que estar lo más preparado posible.
El universo bebé es tan amplio estos días que podemos encontrar mucho de todo y eso, a veces, complica las cosas. Hay un tema que casi todos los futuros papás se plantean, especialmente en el último trimestre del embarazo: la cuna. El bebé ya está casi aquí y parece obvio preocuparse por dónde lo vamos a acostar. Te explicamos entonces todo lo que tienes que saber de las cunas antes de elegir la de tu bebé.
El moisés para la llegada a la casa
El moisés es una camita muy pequeña en la que el recién nacido duerme normalmente los primeros tres meses de vida. Se elige este lecho porque se ajusta mejor al tamaño y a las necesidades del bebé, que viene de estar apretadito en la guata de la mamá y una cuna standard puede quedarle aún demasiado grande. Por ese mismo motivo en la América precolombina se envolvía muy firmemente a los bebés en telas o pieles.
El moisés suele tener un colchón duro y la verdad, además de prácticos, son preciosos en términos estrictamente decorativos ¡Hay algunos muy originales!
Un poco de historiaLas cunas tienen una larga historia y tradición. Los primeros hombres utilizaban piedras ahuecadas y cortezas de árbol para acunar a sus bebés. Cuando las casas comenzaron a tomar forma las cunas se convirtieron en muebles indispensables que se utilizaban para criar a todos los niños de la familia, por eso eran muy resistentes y se construían con materiales sólidos.
Las épocas y las tendencias estéticas también dejaron su huella en la evolución de las cunitas, que se fueron perfeccionando con adornos, cortinillas y patas en forma de balancín. Las de hoy suelen tener ruedas para que, además de mecer al bebé, sirvan para trasladarlo con facilidad.
Segura, práctica y duradera
Hoy vemos cunas de distintos tipos y tamaños. Pero lo más importante es que sean seguras, por eso, desde 1985, todas deben cumplir una normativa que establece, entre otras cosas, que la separación entre los barrotes debe ser menor a 6 centímetros, para que no quepa la cabeza del bebé, o que la pintura no contenga plomo, que resulta tóxico. Es recomendable que el colchón sea duro y que eviten las almohadas hasta que el bebé cumpla los dos añitos. A partir de ahí lo importante es que la cuna sea cómoda para el bebé y para ustedes.
Tanto las medidas como la forma y el color de la cuna van a depender de dos aspectos relacionados con el tiempo: cuánto vayan a tenerla dentro de la pieza de los papás y cuánto pretenden que les dure. Lo habitual es que un bebé duerma con los papás hasta los cuatro meses, por eso si se deciden por el moisés la elección de la cuna estaría más sujeta al tamaño de la pieza en la que la vayan a colocar. Si no, siempre pueden elegir un modelo colecho, que es de gran ayuda para la tranquilidad de los papás en la noche y también para las tomas nocturnas.
Piensen en hacer de la pieza de su hijo un lugar acogedor y tranquilo. La cuna es el elemento fundamental, pero no el único, por eso no debería ocupar todo el espacio. Muchas vienen con una pequeña cajonera que también sirve como cambiador. ¡Súper cómodo y práctico!
Si quieren que la cuna sirva como mueble durante muchos años, hay algunas a las que se les pueden quitar los barrotes para convertirla en cama. Si no, siempre pueden atreverse y quitar una parte de los barrotes para convertir la cuna en un pequeño sofá para la pieza, en una guarida para que los niños jueguen o en otro mueble práctico. ¿Qué opinan?